Los incidentes graves en el estadio Libertadores de América durante el partido suspendido entre Independiente y Universidad de Chile, por la Copa Sudamericana 2025, han dejado un saldo de heridos y detenidos. Este conflicto ha escalado a un nivel dirigencial. El presidente de Independiente, Néstor Grindetti, se trasladó a la sede de la Conmebol en Paraguay para presentar su versión de los hechos. En sus declaraciones, Grindetti acusó a la hinchada chilena: “El partido fue cancelado por la actitud de los hinchas chilenos. Tenemos derecho a los puntos… Está claro en las imágenes que el vandalismo lo cometieron los chilenos desde que empezó el partido.”

Por su parte, Azul Azul y su presidente, Michael Clark, han centrado sus esfuerzos en apoyar a los heridos y detenidos. Sin embargo, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile también ha tomado cartas en el asunto. Según La Tercera, el presidente del fútbol chileno, Pablo Milad, se comunicó directamente con Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol. En esta conversación, Milad enfatizó que la responsabilidad de los incidentes recae en Independiente, como club local y organizador del partido. Además, subrayó que el club argentino incumplió protocolos básicos de seguridad, un aspecto crucial que podría influir en la resolución del conflicto.

Desde Conmebol, se ha informado que la decisión final sobre el partido suspendido no se tomará de inmediato. El organismo debe recibir y revisar los descargos formales de ambos clubes antes de determinar el futuro del encuentro. Las posibles resoluciones incluyen la reprogramación del partido, la pérdida de puntos, sanciones económicas o incluso castigos deportivos.