El Estadio Libertadores de América, ubicado en Avellaneda, ha sido clausurado por orden del gobierno de la provincia de Buenos Aires. Esta decisión se tomó tras los graves incidentes ocurridos durante el partido entre Independiente y Universidad de Chile, correspondiente a la Copa Sudamericana.
Javier Alonso, ministro de Seguridad bonaerense, anunció la medida esta mañana, explicando que el cierre fue solicitado por el fiscal interviniente. “El fiscal pidió la clausura porque hay manchas hepáticas en las tribunas y faltan hacerse pericias”, declaró Alonso en una entrevista con Radio 10 de Argentina.
La clausura del estadio llega en un momento crítico para el club Independiente, que no podrá jugar como local en el ‘Ricardo Enrique Bochini’ frente a Platense en la Liga Profesional. Este encuentro, programado para el domingo 24 de agosto a las 20:30 horas, se disputará en una sede que aún está por confirmarse fuera de Avellaneda.
Alonso también informó que se ha llevado a cabo un importante trabajo de identificación de los involucrados en los disturbios, revelando que hay alrededor de 20 causas judiciales abiertas. “Ayer hubo un trabajo muy importante de identificación. Hay unas 20 causas judiciales”, aseguró el ministro, subrayando que la Justicia ya está investigando los incidentes.
Las escenas de violencia durante el partido han puesto de manifiesto serias fallas en el operativo de seguridad. Alonso fue claro al señalar las responsabilidades: “Hay gente que tiene que rendir cuentas, porque hay una empresa de seguridad que tenía que estar y no estuvo”. Además, criticó la organización del torneo, afirmando que “al coordinador de la Conmebol se le avisó tres veces que había que suspender el partido y no quiso”.
La situación ha generado un gran revuelo en el ámbito deportivo y ha puesto en tela de juicio la seguridad en los eventos futbolísticos en Argentina.