El consumo de cerveza se dispara durante el verano, con las típicas lagers rubias y refrescantes que se asocian con el mar, la playa y los atardeceres, aunque las bajas temperaturas del invierno también le abren la puerta a una gran cantidad de estilos que se disfrutan más con el frío .

Estas variedades suelen ser más robustas , complejas y aromáticas . Además, tienen la particularidad de que suelen tomarse a una mayor tempertura que las cervezas de verano, entre los 5° y 8°C , algo que a priori puede sonar raro para el público masivo que cree que la cerveza siempre debe tomarse bien helada.

Esto permite que los aromas y sabores se expresen plenamente. Este cambio en la forma de consumo habilita a descubrir notas tostadas, frutales y especiadas que se pierden si la be

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