Leer Don Quijote en 2025. Es decir, 420 años después de su primera publicación. ¿Alguien tiene miedo? ¿Tedio? ¿Aprehensión? No lleva fecha de vencimiento ni tampoco de primera vez. Aunque no sea noticia en los diarios ni aparezca en posteos de influencers, es sorprendente la cantidad de gente que ya lo ha leído, y aún más, que sienten la necesidad de volver a leerlo, muchos con una frecuencia establecida (Carlos Fuentes decía que lo leía cada dos años), como si esa novela tuviera un efecto especial. Lectura gozosa, cercana, llevadera.
Otros se preguntan si tendrían que leerla, si la leerán alguna vez, si es un texto añejo, o sigue vigente; quizá más que nunca, ya que en este presente anquilosado parecen necesarias las quijotadas. No aquellas regidas por el espectáculo, las burlas, los apl