Los instrumentos más eficaces para explicar los incendios que siguen asolando España son los datos y los testimonios. Los datos –hectáreas quemadas, agentes forestales, bomberos, soldados y medios movilizados– expresan la imposibilidad de atender todas las necesidades y la impotencia de no llegar a todas partes. Los testimonios transmiten la angustia de los vecinos de las zonas afectadas, que luchan por no perderlo todo.
Paralelamente, y desde un inframundo amplificado por la complicidad mediática, está lo que los medios en catalán denominan “ picabaralla ” política. La palabra está bien elegida, porque picabaralla” significa “disputa acalorada” pero también conversación frívola e impertinente. A la frivolidad y la impertinencia política podríamos sumar la inmoralidad que define una rea