En la casa de doña Ligia Benavides , a cien metros de la base Marco Fidel Suárez de la Fuerza Aérea, en Cali, el reloj de la sala se quedó parado a las 2 y 50 de la tarde del pasado jueves. A la misma hora, a 60 metros de la base, 260 jóvenes del Instituto Técnico Cipet escucharon una tremenda explosión mientras las paredes temblaban. Martha Betancourt , que es literalmente vecina de la instalación militar, se salvó de milagro: había estado sentada en el antejardín cuidando a su hija recién operada, pero dos minutos antes entraron a la vivienda. Justo en ese lugar cayó uno de los cilindros cargados de explosivos con los que las disidencias de ‘Iván Mordisco’ volvieron a llevar la pesadilla del narcoterrorismo indiscriminado a Cali .
(Puede ver: Reaparece 'Iván Mordisco' con carta que le e