“La mona aunque se vista de seda, mona se queda”.— Refrán popular atribuido a Esopo.
Últimamente se ha puesto en boca de todos el tema de la demostración de opulencia y éxito económico por parte de los actores de la política. Tal pareciera que se debe cumplir al pie de la letra la célebre frase de Carlos Hank González cuando dijo que “un político pobre es un pobre político”.
Tan es así que muchos políticos del partido en el poder se han visto sorprendidos utilizando servicios de hoteles de “alta gama”, como Andy López en Japón, o Ricardo Monreal en el Hotel de lujo Rosewood Villa Magna en Madrid, y un largo etcétera.
Recordemos las excentricidades de políticos de antaño y recientes, como la famosa “Colina del perro” que López Portillo le regaló a Sasha Montenegro en Bosque de las Lomas