En la última una semana el gobierno de Javier Milei se pareció mucho a un boxeador que viene ganando la pelea, se descuida , baja la guardia y recibe un par de duros golpes que lo aturden y lo hacen cambiar el plan de combate.

También se le puede aplicar aquella famosa frase que dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Y eso le pasó en el Congreso de la Nación.

La oposición, con el kirchnerismo a la cabeza, hizo lo que se esperaba . Juntó los votos en Diputados y en el Senado, y rechazó el veto a la ley de emergencia en discapacidad y dio de baja cinco decretos de desregulación de organismos del Estado. Además, convirtió en ley el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.

A la Casa Rosada solo le quedó sostener el veto al aumento del 7,2%

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