La mayor parte de la película Me robaste el corazón: El amor de Roberto Parra y la Negra Ester se dedica a narrar la juventud y adultez del cantor popular, entre viajes en tren, tocatas en cantinas y amores imposibles. Siempre en la piel del actor Daniel Muñoz, Parra Sandoval también aparece cada tanto alrededor de sus 70 años, cuando se reunía con frecuencia con un joven Álvaro Henríquez.
Guitarra en mano, el hermano de Violeta y Nicanor le relata anécdotas de sus duros primeros años en Chillán, le cuenta que fue lazarillo de una cantante ciega y le enfatiza que perdió decenas de instrumentos durante sus andanzas. Sus ojos brillan cuando recuerda el día en que conoció a una “sirena” de San Antonio que lo atrapó con sus “garras de perdición”, la prostituta a la que llamaban la Negra Ester