Horas después de que el Tribunal Superior de Bogotá confirmara su libertad, luego de permanecer varias semanas bajo la medida de casa por cárcel, tras el fallo en primera instancia en su contra por soborno y fraude procesal, el expresidente Álvaro Uribe demostró que no tiene tiempo para perder, que el 2026 está a la vuelta de la esquina y que en política cualquier ausencia es pérdida.

Este miércoles, 20 de agosto, pisó nuevamente el asfalto. Llegó a Sabaneta, Antioquia, participó en una eucaristía católica y recibió las atenciones de decenas de paisas que no ahorraron esfuerzos para lanzarse encima, pedirle fotografías y demostrarle personalmente su respaldo.

Uribe no se ha quedado quieto un minuto desde que recobró su libertad. En su finca en Rionegro recibió este jueves a Miguel Urib

See Full Page