Los numerosos y muy amables mensajes que recibo me animan a retomar estas notas de opinión en la medida en que los tratamientos médicos me lo vayan permitiendo. Veo cómo semana a semana la muy preocupante situación del país se agrava en todos los frentes, empezando por el proceso electoral, que amenaza con generar una ruptura del sistema democrático.
Fruto de esa legítima preocupación, avanza por estos días una campaña cuyo lema es “no polarizar”. Confieso que no he podido dejar de preguntarme por el objetivo de esta. ¿Podrá ser apagar los ánimos y sustraer del debate político cualquier tema que genere controversia?
¿Puede entenderse acaso que polarizar es guardar silencio frente al avance de los grupos delincuenciales que tienen hoy capturado más del 50 % del territorio ante la pasivida