Uno se imagina las etapas de montaña como un reguero de ciclistas. A los corredores subiendo casi en solitario, desparramados, abandonados a sus fuerzas en las rampas. Llegando como el rosario de la aurora. Pero a veces el puerto no tiene dureza. O el asfalto está en tan buen estado que las bicicletas se deslizan con suma facilidad. O el final en alto llega en la segunda jornada y es demasiado pronto para sacar conclusiones y enseñar las cartas. Pero pasa muy pocas veces que la victoria en una subida se decide en un sprint tan apretado que cuesta saber quién ha ganado. Apenas hay diferencias. Sino que una pedalada, un golpe de riñón decide. Y por medio tubular, un par de centímetros, Jonas Vingegaard derrotó a Giulio Ciccone en Limone Piamonte, subida de segunda para las primeras diferenci
Vingegaard gana en un sprint de montaña por medio tubular y es el nuevo líder

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