Con el paso de los años, Georgina Barbarossa se ganó un lugar de privilegio en la televisión argentina. Versátil y frontal, su carisma conquistó a la audiencia tanto como actriz en ficciones y shows como en su rol de conductora. La energía chispeante, el humor fresco y ese aire de desparpajo fueron las marcas registradas con las que supo enamorar a varias generaciones, logrando así que cada paso suyo en pantalla fuera esperado y celebrado por el público. Pero la vida de Georgina no siempre fue fácil: un episodio trágico golpeó especialmente a su familia y marcó para siempre su historia personal. El asesinato de su marido y padre de sus hijos, Miguel Vasco Lecouna , en 2001, dejó una huella imborrable. Y cada cumpleaños, cada día especial, se tiñe para la conductora de emoció

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