Cuando en la naturaleza nos encontramos con algún extraño fenómeno sin aparente explicación lógica, es muy posible que el ser humano tenga algo que ver. Así podría haber sucedido también en California, donde varios cazadores se han encontrado con jabalíes cuya carne y grasa muestran una sorprende fluorescencia azul neón.

No es la primera vez que se habla de esta cuestión, pero hasta ahora no estaba claro si se trataba de una leyenda urbana, o quizá de hechos aislados y excepcionales por los que no valía la pena preocuparse. Todo lo contrario: se trata de una amenaza real que puede ir en aumento si no se pone rápidamente remedio.

Así lo ha determinado el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California (CDFW) , que recientemente ha analizado varios ejemplares de jabalíes que mostraban esta antinatural coloración, tanto del tejido muscular como de la grasa adiposa.

Difacinona

La causa, según la investigación del CDFW y del Laboratorio de Salud Animal y Seguridad Alimentaria de California, se encuentra en la difacinona, un rodenticida  —pesticida que se emplea contra roedores— que se tiñe de azul brillante precisamente para que los humanos podamos identificarlo sin problemas y así evitar su consumo por error.

En cambio, los jabalíes, al tratarse de animales omnívoros que comen prácticamente de todo, son incapaces de detectar el peligro, por lo que acaban ingiriendo el producto. También se han detectado restos de diversos rodenticidas en otras muchas especies, como aves (cernícalos, busardos ratoneros y rapaces nocturna) osos, ardillas e, incluso, perros y gatos.

En el caso de los animales domésticos, la situación recuerda a la alerta del babosil , un veneno para caracoles, también de color azul, que se emplea de manera habitual en parques y jardines, lo cual está provocando envenenamientos accidentales de perros.

Anticoagulante

La difacinona es un rodenticida anticoagulante que provoca la muerte del animal envenenado al causarle graves hemorragias internas.

Hay que tener en cuenta que se trata de un pesticida para roedores, motivo por el que resulta menos efectivo en animales de gran tamaño, como los jabalíes, si bien es cierto que la acumulación del veneno en el organismo también puede ser mortal.

Además de afectar a los roedores, a sus depredadores y a los animales que ingieren directamente el cebo, la difacinona también es capaz de intoxicar a seres humanos. El consumo de carne contaminada puede causas síntomas graves, como fatiga, debilitamiento y sangrado interno , con peligro igualmente para la vida en casos extremos.

jabalíes azules

Alto riesgo

Estamos, por tanto, ante un riesgo considerable también para las personas. El CDFW ya ha advertido al respecto de que no se debe comer, bajo ningún concepto, carne o grasa de jabalí con color azul.

El problema tampoco desaparece si se cocina la carne, como demuestra este estudio del Departamento de Agricultura estadounidense. Según el mismo: «Los peligros para los humanos y las mascotas de la carne de jabalíes que consumen el rodenticida difacinona no se reducen con la cocción ; se debe evitar el consumo de carne de jabalíes obtenida de zonas con programas activos de control de roedores».

«Dado que la difacinona se descompone a temperaturas relativamente altas, se espera que la cocción tenga un efecto mínimo sobre los residuos. Sin embargo, esta cuestión se ha visto empañada por la creencia local de que la cocción hace que los tejidos de jabalí sean seguros para el consumo », advierten los responsables de esta investigación.

Los jabalíes con carne azul neón que causan asombro California

Uso restringido

California prohibió el pasado año la mayoría de los usos de la difacinona y de los productos que la contienen. Tan sólo se permiten algunas excepciones para temas muy restringidos de los que se deben ocupar técnicos cualificados. Pero los jabalíes de carne azul encontrados hacen sospechar a la población de que no se está cumpliendo la ley.

Una posible solución podría pasar por el empleo de depredadores naturales para el control de los roedores. Las aves rapaces y los gatos ya se han mostrado eficaces para este tipo de tareas, por ejemplo.

GREFA

Así lo prueban iniciativas como la protagonizada por el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), que desde hace 15 años está desarrollando un proyecto que consiste en la instalación de cajas nidos para rapaces como método para el control del topillo en Castilla y León.

« Una pareja de cernícalos , durante los tres meses de reproducción, consume 800-900 topillos», destaca el GREFA. Si se trata de una pareja de lechuzas, la cifra se eleva hasta situarse entre los 900 y los 1.000 ejemplares de este roedor, que puede resultar muy dañino para los cultivos.

Existen, por tanto, alternativas para evitar el envenenamiento de animales, y también del propio ser humano, que nos ayudan así a alejarnos de escenarios que parecen propios de la ciencia ficción más distópica, en los que nos alimentamos de carne azul fluorescente. Lo cual nos demuestra que la naturaleza es una de las mejores aliadas contra la distopía.