Madrid no solo se define por sus grandes avenidas, museos y vida cultural. La capital también guarda un rico patrimonio comercial que se refleja en sus negocios centenarios, verdaderos guardianes de la historia local. En medio de un panorama urbano en constante transformación, estos comercios centenarios representan la memoria viva de la ciudad y mantienen un vínculo emocional con generaciones de madrileños.

A continuación, repasamos cinco de los establecimientos más emblemáticos de la capital que siguen abiertos al público, combinando tradición, calidad y autenticidad.

Encuadernación Calero, el arte de conservar los libros

Fundada en 1945 , la Encuadernación Calero es un referente en la preservación y restauración de libros . Situada en pleno centro de Madrid, este taller mantiene vivo un oficio artesanal que ha ido desapareciendo con la digitalización.

Especialistas en encuadernaciones artísticas y restauraciones , los maestros de Calero trabajan tanto para instituciones como para clientes particulares que buscan dar una segunda vida a volúmenes antiguos o preservar ediciones especiales. Su labor convierte cada encargo en una pieza única, demostrando que la artesanía sigue teniendo un espacio en la ciudad del siglo XXI.

Encuadernación Calero

Licores Madrueño, el sabor de la tradición

En el barrio de La Latina se encuentra Licores Madrueño , una tienda fundada en 1895 que mantiene intacto el espíritu castizo de Madrid. Sus estanterías, repletas de botellas, ofrecen desde clásicos anises y aguardientes hasta creaciones propias que han pasado de generación en generación.

El local, con más de un siglo de historia, conserva su estética original y se ha convertido en una parada obligatoria para los amantes de la tradición madrileña. Comprar en Madrueño es mucho más que adquirir un licor: es sumergirse en un pedazo de la historia de la capital.

La Tasca Suprema, el sabor de siempre

Conocida por su ambiente cercano y su cocina tradicional, La Tasca Suprema es otro de los comercios centenarios que mantienen vivo el pulso de la hostelería madrileña. Sus platos caseros, elaborados con recetas transmitidas durante décadas, son un reflejo de la gastronomía popular de la ciudad.

Más allá de su carta, el local representa un punto de encuentro en el barrio, donde clientes habituales y nuevos visitantes comparten una experiencia auténticamente madrileña. Comer en La Tasca Suprema es viajar en el tiempo y conectar con la tradición culinaria de la capital.

Casa de Diego, los paraguas y abanicos de toda la vida

Si hay un establecimiento emblemático en la Puerta del Sol, ese es Casa de Diego . Fundada en 1858 , esta tienda especializada en abanicos, paraguas y bastones se ha convertido en todo un símbolo de la capital.

Su escaparate sigue atrayendo a madrileños y turistas que buscan productos fabricados con técnicas artesanales. La Casa de Diego ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia, convirtiéndose en una referencia de la tradición comercial española y un testimonio vivo del Madrid de antaño.

Fábrica de Guantes Luque, elegancia y artesanía

Con más de un siglo de historia, la Fábrica de Guantes Luque es uno de los últimos establecimientos de guantería artesanal que quedan en España. Situada en pleno centro de Madrid, mantiene la producción manual de guantes de piel, un oficio que ha ido desapareciendo con la industrialización.

Sus piezas son reconocidas por la calidad de los materiales y la minuciosidad en los acabados, lo que ha hecho de Luque una marca de prestigio tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Entrar en esta tienda es descubrir un universo de elegancia clásica que perdura a pesar de las modas pasajeras.

Comercios que son parte de la identidad madrileña

La Encuadernación Calero, Licores Madrueño, La Tasca Suprema, Casa de Diego y la Fábrica de Guantes Luque son mucho más que simples tiendas: son fragmentos de la memoria colectiva de Madrid: comercios centenarios. Su resistencia frente a los cambios del mercado y su capacidad de mantener viva la tradición los convierten en parte esencial de la identidad cultural de la capital.

En una época en la que predominan las grandes cadenas y el consumo rápido, estos establecimientos reivindican el valor de lo auténtico, la cercanía con el cliente y la calidad que solo da la experiencia de generaciones. Visitar cualquiera de ellos es una manera de redescubrir Madrid desde sus raíces.

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