En 1986, la explosión del reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil convirtió la zona en uno de los lugares más contaminados del planeta. Casi cuatro décadas después, mientras la ciudad permanece vacía para los humanos, la naturaleza ha reclamado el espacio.

Entre bosques y ruinas sobreviven lobos y perros descendientes de las mascotas abandonadas tras la evacuación. Lo sorprendente: no solo resistieron, sino que desarrollaron mutaciones únicas.

Animales que desafían la ciencia

Estudios realizados desde 2014 por la bióloga Cara Love y su equipo (Universidad de Princeton) mostraron que los lobos de la región presentan cambios genéticos que les otorgan resistencia al cáncer, a pesar de vivir expuestos a radiación seis veces mayor a la permitida para humanos.

Por su parte, los llamados

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