Los combustibles fósiles definieron los últimos dos siglos de nuestra historia. La extracción, el comercio y el conflicto en torno al petróleo y el gas dibujaron el mapa geopolítico y tecnológico que conocemos. Pero la era de los petroestados está llegando a su fin. Una nueva fuerza ha irrumpido en el orden mundial: China, el primer "electroestado" del mundo.
Una década de planificación estratégica. China genera ya más de una cuarta parte de su electricidad con energía solar y eólica. Su industria renovable crece de manera exponencial, superando incluso el crecimiento de la demanda energética. Como resultado, el país antes conocido por su contaminación atmosférica está consiguiendo recortar ya sus emisiones de dióxido de carbono.
Este hito no es casualidad, sino el fruto de una dé