Si es como parece, que la decisión de enviar al impresentable de Martín Vizcarra al penal Ancón II en lugar de dejarlo en Barbadillo –donde están otros tres exmandatarios caídos en desgracia–, ha salido del Poder Ejecutivo, entonces estaríamos ante un verdadero disparo a los pies de la jefa de Estado, pues con esto ha abierto un precedente para que más tarde ella, que tiene varias carpetas fiscales en el Ministerio Público, pueda ser enviada a Santa Mónica y no a un reclusorio especial.
Desde que con buen criterio se le impuso prisión preventiva por cinco meses, Vizcarra fue conducido a Barbadillo y nadie se quejó ni reclamó, pues se trataba de un exmandatario al igual que Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Castillo. Sin embargo, días después el Instituto Nacional Penitenciario (INP