¿Adulando a un tirano rebajamos su crueldad? Pues dejemos las hipocresías y concedámosle el Nobel de la Paz a Netanyahu compartido con Hamás
Ya comienza a adquirir unas proporciones tan ridículas la obligación de todos aquellos que se acercan al presidente Trump de halagarle y colmarle de elogios que en Estados Unidos algunos bromean con que las siglas de su movimiento político MAGA en realidad responden a Make Adulation Great Again. Efectivamente la adulación ha vuelto. En los últimos años, la adulación había quedado reservada para los recién nacidos, que son por lo general considerados guapos y muy parecidos a los padres. También para los ancianos en residencias, que siempre agradecen que alguien les diga el buen aspecto que tienen o lo elegante que les queda la ropa pese a la recie