A pesar de que su función es aportar dulzor , algunos edulcorantes también dejan un regusto amargo que puede ser un tanto desagradable. Para solucionarlo, a menudo se combinan varios edulcorantes de forma estratégica. De este modo se consigue enmascarar bastante ese amargor, pero el resultado termina siendo bastante empalagoso. ¿Quién no ha tomado alguna vez un refresco edulcorado y se ha quedado con la boca empalagada durante horas? Todo eso sin contar que algunos edulcorantes pueden tener efectos digestivos indeseados , de modo que su combinación tampoco termina siendo agradable. Lo ideal sería que los edulcorantes tuviesen un sabor parecido al del azúcar y, gracias a una nueva investigación, podríamos estar cerca de lograrlo.
El estudio en cuestión lo ha llevado a cabo un eq