En diciembre de 2020, la misión Hayabusa2 de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) completó con éxito una hazaña histórica: devolver a la Tierra pequeñas muestras del asteroide cercano Ryugu. Por primera vez, los científicos contaban con fragmentos prístinos de un asteroide rico en carbono , conservados intactos desde los albores del sistema solar.

Las cápsulas herméticamente selladas aterrizaron en Australia tras un sobrevuelo de la nave sobre nuestro planeta. Desde entonces, los granos de polvo extraterrestre han abierto una ventana única a los procesos que dieron forma a la química original de los planetas.

Un laboratorio de referencia mundial

Dos diminutas partículas de Ryugu —una de la superficie y otra del subsuelo— fueron analizadas en el National Synchrotron Light Source II

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