Hoy en día, las estafas telefónicas continúan siendo una de las prácticas más utilizadas por los delincuentes, quienes, con tácticas convincentes, consiguen que numerosas personas entreguen datos privados y financieros sin percatarse del riesgo.
Ante este panorama, los expertos han advertido que los ciberdelincuentes atraviesan una etapa de expansión sin precedentes, ya que los ataques digitales han aumentado de forma acelerada y todavía no existe una herramienta definitiva para anticipar o bloquear todos los fraudes.
El problema radica en la diversidad y rapidez con la que evolucionan estas trampas, pues prácticamente a diario surgen nuevas modalidades y relatos falsos que terminan confundiendo a los usuarios y llevándolos a caer en el engaño.
La situación ha alcanzado tal gravedad