La oración es para los creyentes la mejor forma de conexión con un ser superior. Las personas oran por diferentes razones, por ejemplo, para dar gracias por favores recibidos y también para hacer solicitudes frente a dificultades que pueden presentarse en diferentes circunstancias de la vida.

Una de las razones detrás de la oración es la destrucción de los problemas, en la cual los creyentes expresan su fe para superar aquello que los aflige y que creen puede ser removido o transformado por intervención divina.

Esta práctica también ayuda a liberar ansiedad, fortalecer la esperanza y mantener la confianza en que las cosas pueden mejorar, incluso cuando no hay soluciones visibles a nivel humano.

Se dice que la oración también tiene un efecto emocional y psicológico: refuerza el sentido

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