Para los observadores de la señalética política no pasó desapercibido el exceso de deferencias registrado ayer entre el gobernador Alfonso Durazo y el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano durante el evento de entrega de 63 unidades nuevas de transporte urbano para diez municipios del estado.
En los adelantadísimos tiempos sucesorios todo mundo está a la espera de señales, y ayer hubo muchas.
De entrada, el cajemense fue el único de los diez alcaldes presentes que tuvo un sitio especial en el presídium, y quien habló en representación de sus colegas. Y su mensaje no tuvo tanto que ver con la entrega de unidades del transporte sino que fue un apretado resumen de las obras, acciones y programas de Alfonso Durazo en sus cuatro años de gobierno: se fue desde Nogales y San Luis Río Colorado