Carlos Ramírez en su artículo “La burocracia del INE no quiere soltar los huesos” acierta sobre el flaco favor que los “barones” de la teoría democrática le han hecho a la democracia mexicana, yo diría que hasta la dañaron.
Crearon, sostienen y quieren sostener un aparato pesado, costoso e inefectivo para limpiar los vicios del autoritarismo, por ejemplo, la comercialización del proceso político-electoral.
Ramírez piensa en la posibilidad de suplir al INE con algo que seguramente se inclinara hacia la corriente en el poder, lo que derivaría en el mantenimiento de vicios o surgimiento de otros nuevos.
Yo sugiero que la reforma política asegure que la sociedad tome en sus manos las distintas instancias de supervisión y control de la política electoral.
Hay que cerrar el Instituto Naciona