
La tensión provocada por la ligereza de Donald Trump al reclamar la anexión estadounidense de Groenlandia en detrimento de Dinamarca ha subido un nuevo peldaño tras publicar la televisión pública danesa DR que al menos tres estadounidenses han participado en actividades encubiertas para azuzar el sentimiento antidanés en la isla. El ministerio de Exteriores danés ha llamado a consultas al encargado de negocios estadounidense en el país para que dé explicaciones.
La televisión informó de que uno de los hombres había visitado Groenlandia para asistir a reuniones y recopilar una lista de posibles aliados y oponentes de los planes de Donald Trump de hacerse con el control del territorio. También instó a los groenlandeses a “señalar casos que pudieran utilizarse para dejar mal a Dinamarca en los medios estadounidenses”.
Los otros dos hombres se dedicaron, según la información, a tejer redes de contactos con políticos, empresarios y líderes comunitarios para llevar a cabo los planes de Trump.
La televisión afirmó en un programa que conocía los nombres de los tres estadounidenses implicados en las operaciones, pero decidió no publicarlos para proteger a sus fuentes. Según la cadena, se sabía que eran personas cercanas a Trump, pero no quedó claro de inmediato si actuaban por orden de la Casa Blanca o por iniciativa propia.
“Cualquier intento de inmiscuirse en los asuntos internos del Reino de Dinamarca es inaceptable. Por ese motivo he pedido que se convoque al encargado de negocios estadounidense a una reunión”, señaló el ministro de Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, a la agencia de noticias Ritzau, tras conocerse la emisión.
En una nota enviada a la DR, los servicios de inteligencia daneses (PET) admitieron que Groenlandia es objeto de campañas para provocar disensiones con Copenhague.
“El PET cree que podría ocurrir aprovechando desacuerdos existentes o inventados, por ejemplo en relación con casos conocidos, o promoviendo o reforzando ciertos puntos de vista en Groenlandia con respecto al Reino o Estados Unidos y otros países con intereses en Groenlandia”, consta en la nota.
No es la primera noticia de este cariz que llega de Groenlandia en los últimos meses. El Wall Street Journal publicó en mayo que el aparato de espionaje de EEUU recibió una circular que ordenaba “ poner énfasis en la recopilación ” de información sobre la isla, lo que ya había provocado una llamada a consultas del embajador —el puesto ha quedado vacante desde entonces a la espera de un nuevo enviado—. “No se espía a los amigos”, protestó entonces Rasmussen.
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha reiterado en varias ocasiones en los últimos meses su interés por “hacerse” con el territorio autónomo danés de Groenlandia por motivos de seguridad nacional, valiéndose también de un vídeo con inteligencia artificial para difundir su mensaje. Ni siquiera descartó tomar la isla por la fuerza .
El vicepresidente, JD Vance, realizó una poco habitual visita a la base militar estadounidense en la isla en marzo en el que también defendió las bondades del amigo americano en el territorio .
Las autoridades danesas y groenlandesas han criticado en varias ocasiones la actitud hostil de Estados Unidos , a la vez que han reiterado su disposición a aumentar la cooperación conjunta en defensa y económica, con el sector minero como una de las posibles áreas.
Los partidarios de la independencia son mayoría electoral en Groenlandia, con una accidentada historia colonial y cuya población rechaza prácticas de la metrópolis que todavía hoy se resisten a desaparecer —como las pruebas para determinar la idoneidad de las madres para tener la custodia de sus hijos recién nacidos—, pero las últimas elecciones arrojaron un resultado contrario a los intereses trumpistas .