El caso del salvadoreño Kilmar Ábrego García engloba varios elementos de lo que, realmente, es una campaña de intimidación del gobierno de Donald Trump que hace de diversas figuras, un ejemplo de lo que puede ocurrirles a otros si osan enfrentar los excesos de esta administración.
Por Maribel Hastings
Asesora de America’s Voice
Ábrego García fue deportado “por error” a la cárcel CECOT en El Salvador, a pesar de que existía una orden judicial de que no fuera repatriado a su país, pues su vida corría peligro. En vez de retornarlo a Maryland, el gobierno de Trump afirmó que el joven es pandillero y lo acusa de contrabando de inmigrantes. Ábrego García niega las acusaciones.
En lugar de admitir el “error”, el gobierno de Trump lo trae de vuelta a Estados Unidos solamente para presentarle