El otro día, mis cuñadas estaban hablando de sus respectivas bodas y cómo ninguna de ellas había sido una bridezilla. Sin saber qué era el término, me explicaron que es la unión entre "bride", novia, y Godzilla. Es decir, una novia que se convierte en un monstruo y hace pasar un mal momento a sus amigas, familiares o trabajadores implicados de forma puntual o durante el proceso de planificación y celebración del evento.

Con mi boda dentro de 13 meses, me quedé con el runrún, por supuesto. No quería convertirme en ese tipo de novia, pero por otro lado, me mosqueaba que no hubiera un término equivalente para el novio. Claro que repasando las bodas a las que he asistido, puedo entender el motivo.

Por lo pronto, desde que somos niñas y jugamos con muñecas, ya entramos en contacto con los ves

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