Los cancilleres de Venezuela y Brasil, Yván Gil, y Mauro Vieira, conversaron este miércoles sobre el despliegue militar de EE.UU. al sur del mar Caribe, lo que ha sido interpretado por Caracas y otros países de la región como una acción hostil.

"En nuestra conversación, le expuse en detalle los planes de agresión que enfrentan Venezuela y toda América Latina y el Caribe, con la presencia de buques militares y hasta un submarino nuclear, en abierta violación de la Zona de Paz proclamada por la CELAC –Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños– en 2014 y del Tratado de Tlatelolco de 1967, una amenaza nunca antes vista en nuestra región", escribió Gil en su cuenta de Telegram.

Refirió asimismo que las partes coincidieron en que "estas agresiones deben ser detenidas de inmediato", al tiempo que detalló que Vieira le explicó "la situación que enfrenta Brasil ante medidas y guerras arancelarias aplicadas con fines políticos, una forma de agresión injustificada que tampoco contribuye al espíritu de paz y cooperación que defendemos en América Latina y el Caribe".

Tensiones crecientes

El pasado 14 de agosto, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio,  anunció   el despliegue de fuerzas navales y aéreas al sur del mar Caribe para, según dijo, combatir a los cárteles del narcotráfico. La decisión encendió las alarmas, toda vez que según informes oficiales del país norteamericano y de las Naciones Unidas, por el Caribe venezolano transita apenas el 5 % de las drogas que llegan a territorio estadounidense.

Días antes, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, anunció un alza de 25 a 50 millones de dólares por información conducente a la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien Washington acusa sin prueba alguna de liderar una organización delictiva dedicada al trasiego internacional de sustancias ilícitas. Tales señalamientos han sido negados por Venezuela. 

Asimismo, medios de prensa como Reuters comenzaron a divulgar detalles de la operación militar, asegurando que se habían enviado aviones y buques de guerra cerca de las costas venezolanas, aunque sin atinar en los tiempos de llegada. El último reporte incorporó la supuesta presencia de un submarino nuclear y de un crucero de misiles, lo que motivó a las autoridades venezolanas a denunciar ante las Naciones Unidas lo que calificaron como una "escalada de acciones hostiles y amenazas" que constituye una "grave amenaza a la paz y la seguridad" de la región.

Entretanto, países como México, Colombia, Honduras, Bolivia, Cuba , Rusia, China, Bielorrusia o Irán , han rechazado la posibilidad de que la Casa Blanca abra un frente bélico en Suramérica con el pretexto de luchar contra el narcotráfico. Mientras, Maduro convocó a una jornada de alistamiento de milicianos para responder a la amenaza.