Asistimos a las últimas horas de un proyecto que quedará prematuramente trunco y va más allá del mero afán recaudatorio; es el final de la aventura de algunos empresarios, políticos y lobbistas que soñaban con volver a sentar a un Menem en el sillón de Rivadavia. El Menem en cuestión era Martín, todavía presidente de la cámara de Diputados. El autor intelectual era otro Menem, Lule, al que, de acuerdo a varias fuentes de Casa Rosada, le quedan pocas horas como subsecretario de Gestión Institucional y hombre fuerte en la estructura que rodea a Karina Milei.

Cada día hay una nueva denuncia que ensucia al clan y cada nueva denuncia revela otra arista de un entramado financiero y territorial que nunca disimuló sus intenciones posteriores, algo que generó recelo en otros protagonistas del gobi

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