Quien haya tenido el privilegio de darse un paseo por Ondarroa, en el País Vasco, es más que probable que, en un momento u otro, haya admirado la iglesia de Santa María y sus imponentes arcadas. Hace décadas que este templo católico, que permanece solemne en el casco antiguo de la localizad vizcaína y que fue construido sobre una gran roca, también despierta la curiosidad a Txomin Badiola (Bilbao, 1957), no solo por su arquitectura; también por los seres que habitan allí. Desde que de pequeño veraneaba allí, no se los ha podido sacar de la cabeza. Tanto es así, que los ha convertido en protagonistas de su nueva novela, Mamuk (Acantilado).
El título, en euskera, se traduce como fantasmas y hace referencia a las gárgolas y demás esculturas que coronan el lugar. “Hay monstruos y animales,