Militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se manifestaron este jueves en la Ciudad de México para mostrar su apoyo a Alejandro Moreno Cárdenas, conocido como "Alito", presidente nacional del partido. La concentración tuvo lugar en la Glorieta de la Diana Cazadora, en Paseo de la Reforma, y se dirigió hacia la escultura de El Caballito. Esta movilización se produce tras un violento enfrentamiento entre Moreno y el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, durante una sesión de la Comisión Permanente el pasado 27 de agosto.

Los participantes, portando banderas y pancartas con la consigna "Alito no estás solo", esperaban la llegada de su líder y otros dirigentes para marchar juntos hacia el Senado. En la reciente riña, Moreno y Noroña intercambiaron insultos que culminaron en un altercado físico. Ambos políticos se acusaron mutuamente de iniciar el conflicto, aunque un video en cámara lenta muestra a Moreno agarrando del brazo a Noroña mientras este intentaba liberarse, lo que llevó a la pelea.

En una conferencia de prensa, "Alito" Moreno criticó a Morena por su estrategia de provocación y se refirió a Noroña como "patán", "cobarde" y "bravucón". Afirmó que el PRI está comprometido a defender la democracia en México, sin importar el costo. Además, anunció que se unirá a una protesta de bases campesinas priistas en la capital.

El enfrentamiento en el Senado se intensificó en un contexto de tensiones políticas, donde se discutieron temas como la soberanía mexicana y las relaciones con Estados Unidos. La sesión, que ya estaba cargada de críticas hacia Noroña por la compra de una casa de 12 millones de pesos, se tornó caótica cuando Moreno exigió la palabra y, al no ser escuchado, se acercó a Noroña, lo que desató el conflicto físico.

Durante la trifulca, la vicepresidenta de la Mesa, Dolores Padierna, intentó separar a los involucrados, pero también se vio envuelta en el tumulto. Un colaborador de Noroña, Emiliano González, fue empujado por Moreno y terminó en el suelo, donde recibió golpes. Posteriormente, González apareció ante los medios con un collarín y el brazo inmovilizado, simbolizando las consecuencias físicas de este bochornoso episodio en el Senado.