La izquierda política siempre se ha caracterizado por constituir una ilusión, la de quienes aspiran a tener un mínimo de satisfacción y soluciones en sus múltiples necesidades y de alguna u otra manera su lucha ideológica se ha mantenido en el camino de la consecución de la igualdad.
Igualdad que el desarrollo del tiempo y de los seres humanos, ha demostrado que no es más que una simple enunciación que cada vez se aleja en grado sumo de la realidad.
Lo cierto del caso es que no somos iguales, pues sólo es posible buscarla en la medida en que se hable entre pares. Pero no somos pares de todos. Siempre estaremos diferenciados por muchas circunstancias y factores. No somos iguales y de ahí surge la posibilidad de que sigamos existiendo como humanos. Ser iguales sería un desastre soc