Hoy es el día preferido de los que viven todo el año en destinos vacacionales. Algunos habrán hecho su agosto y ya ven más cerca su descanso, a otros les basta con descansar de tanta gente. Los veraneantes han cargado sus coches, los que apuran se habrán dado un último chapuzón en la playa antes de salir, los previsores se fueron el viernes o el sábado para evitar caravanas. Vuelve a haber sitio para aparcar a la sombra de los pinos y los tamarindos, asientos libres en las terrazas, la posibilidad de cenar sin reserva previa en los restaurantes.
Han desaparecido las toallas de colores colgadas de cualquier manera en las barandillas de los balcones, las pelotas de la piscina y los gritos de los niños tirándose en bomba. No hay cola en la panadería, tampoco en la farmacia, ni en la heladerí