Recordaré siempre a Mariam como una mujer buena, profesional, fuerte y motivada, con ganas de seguir haciendo reportajes, de informar, de levantarse cada mañana a pesar de ser ella misma una víctima de la guerra

elDiario.es pide el fin de los asesinatos de periodistas en Gaza y exige el acceso de la prensa internacional a la Franja

Mariam era una periodista increíble. Yo solo la conocí durante la guerra, pero sé con certeza que antes de la guerra lo era también. Para Médicos Sin Fronteras hizo un montón de trabajos, vídeos para redes sociales y para otros contenidos. Era muy buena en lo que hacía y dominaba muy bien las redes sociales y la fotografía.

Tenía un hijo al que había conseguido poner a salvo fuera de Gaza, al inicio de la guerra, pero ella se quedó en Gaza para documentar lo que estaba pasando.

Recuerdo que Marian me contó que había donado uno de sus riñones a su padre. Era una persona muy buena, muy centrada en los demás, en explicar, en documentar y en ayudar a la población palestina. Una persona muy dedicada a su profesión.

Coincidí con ella a principios de 2024 en el Hospital Emirati, en Rafah, donde documentó el trabajo de Médicos Sin Fronteras en la maternidad del hospital y en la extensión de la maternidad que montamos. Hoy en día no queda nada de aquello. En realidad, Rafah ya ni siquiera existe.

La vi también unos meses más tarde en el hospital Nasser, donde hace unos días fue asesinada por las fuerzas israelíes. Allí también documentó el trabajo que estábamos haciendo en la maternidad y en la pediatría.

Nos encontramos de nuevo en enero de 2025, cuando empezó el alto al fuego. Aquel fue el único momento en el que la gente recuperó un poco la esperanza, en el que muchas personas pudieron volver a lo que quedaba de sus hogares. Dos meses después, todo aquello se vio de nuevo truncado por la decisión de Israel de reanudar los bombardeos. Mariam estaba por aquel entonces documentando la destrucción de Rafah y recuerdo decirle que fuera prudente porque se acercaba a zonas que estaban en ruinas, donde todavía podía haber remanentes de explosivos, pero ella siempre daba prioridad a hacer su trabajo; a documentar con palabras, pero sobre todo con fotografías.

Mucho de lo que se recordará de la guerra de Gaza en el futuro será obra de Mariam.

Yo la recordaré siempre como una mujer buena, una mujer profesional, una mujer fuerte, motivada, siempre con ganas de seguir haciendo reportajes, de informar, de levantarse cada mañana a pesar de ser ella misma una víctima de la guerra, de vivir en condiciones durísimas, de tener que vivir sin electricidad, sin agua corriente, sin apenas comida. Sin tener a su hijo cerca de ella.

En mi recuerdo tendré siempre a una mujer que admiraba y que todos admirábamos. Me cuesta mucho creer que Mariam ya no exista en nuestro mundo. Cuesta creer que la hayan matado justamente en el lugar en que ella estaba documentando hace poco el nacimiento de niños en la maternidad, haciendo fotos de niños que trataban de sobrevivir en el área de neonatos. Cuesta creer que su muerte, su asesinato, haya pasado justamente en este lugar que era el lugar donde se producen tantos nacimientos.

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Mariam Abu Daqqa falleció en un ataque israelí el pasado 25 de agosto contra el Hospital Nasser de Gaza que se cobró la vida de otros cuatro periodistas: Hossam Al Masri (Reuters), Mohamed Salama (Al Jazeera), Moaz Abu Taha y Ahmad Abu Aziz.

Este lunes, más de 250 medios de comunicación de cerca de 50 países, entre ellos elDiario.es, se han unido a una campaña de Reporteros sin Fronteras y el movimiento ciudadano Avaaz (voz) contra el asesinato de periodistas en Gaza y el veto de Israel a la prensa extranjera en la Franja. Casi 250 periodistas han sido asesinados en la Franja, según datos del Gobierno gazatí, controlado por Hamás.