El rearme internacional ha alcanzado a Europa, impulsado por un contexto geopolítico tenso. La Unión Europea (UE) ha visto un aumento significativo en su inversión en defensa, alcanzando los 340.000 millones de euros en 2024. Según las estadísticas de la Agencia Europea de Defensa (AED), el gasto en defensa de la UE ha crecido un 19% en los últimos años. Este incremento es aún más notable que el del periodo 2022-2023, donde el aumento fue casi del 17%. Como resultado, el PIB medio dedicado a defensa se sitúa en un 1,9%.
Kaja Kallas, directora de la EDA, ha declarado: "Europa está invirtiendo cantidades récord en defensa para garantizar la seguridad de nuestra población, y no nos detendremos ahí". Sin embargo, la AED advierte que Europa aún está lejos de competir con potencias como Estados Unidos.
La inversión en defensa ha superado por primera vez los 100.000 millones de euros en el último año, marcando un récord histórico. Esta cifra representa el 31% del gasto total de la UE, la mayor proporción registrada desde que la AED comenzó a recopilar datos. Hace dos años, el gasto en defensa apenas alcanzaba los 136.000 millones de euros, lo que evidencia una tendencia creciente hacia la inversión en este sector.
La AED subraya la necesidad de una "inversión sostenida y una mayor colaboración" para maximizar la eficiencia y garantizar la interoperabilidad de las fuerzas armadas de la UE. Kaja Kallas ha indicado que estos fondos se destinarán a investigación, desarrollo y producción conjunta de tecnologías clave para la defensa europea.
André Denk, director ejecutivo de la AED, ha señalado que alcanzar el nuevo objetivo de la OTAN requerirá un esfuerzo adicional, con una inversión total de más de 630.000 millones de euros anuales. La cooperación y la búsqueda de economías de escala serán esenciales para mejorar la interoperabilidad entre los Estados miembros.
Este crecimiento en el gasto en defensa responde principalmente al aumento en la adquisición de equipos y a la inversión en investigación. Según la AED, estos datos reflejan la intención de los Estados miembros de fortalecer las capacidades militares europeas ante los cambios en el contexto de seguridad.