El espectacular desfile militar presidido ayer por Xi Jinping en Pekín marcó el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial tras la rendición de Japón en septiembre de 1945. Las bombas arrojadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto y la entrada soviética en la guerra del Pacífico pusieron fin al conflicto más mortífero de la historia.
Al lado de Xi Jinping estaban Vladímir Putin, Kim Jong Un, de Corea del Norte, y una veintena de autócratas de varios continentes. China mostró su potencial militar y su peso económico y político en el mundo disputando a Donald Trump la hegemonía comercial y militar. Fue algo más que un patriótico desfile de soldados, misiles y banderas. Los grandes conflictos globales suelen ir precedidos de exhibiciones de fuerza.
La exhibició