Nicolás Maduro, el presidente venezolano, se ha puesto estupendo esta semana y ha declarado con impostada solemnidad que “si Venezuela fuera agredida, pasaría inmediatamente a un periodo de lucha armada” y que “está de pie y así seguirá, con serenidad y fe inquebrantable en la victoria”.
Su enemigo sería ni más ni menos que EE.UU., cuyo presidente, Donald Trump, anunció ufano el lunes que acababa de hacer saltar por los aires una embarcación de narcotraficantes, con once personas y una carga de drogas a bordo.
Maduro y Trump tratan de tapar sus vergüenzas con el fantasma de la invasión
Se dice, tras estos hechos, que la tensión entre Venezuela y EE.UU. se ha disparado y que acaso acabe en invasión. El precedente de la de Panamá en 1989, ordenada por el presidente Bush para derrocar al