Lo he contado otras veces. Mi maestro don Ignacio Burgoa platicaba que en ocasión de una visita a Londres fue invitado por un colega inglés a una recepción en el Palacio de Buckingham. El maestresala anunciaba a los invitados conforme iban llegando: el Conde fulanito, el Barón perenganito, el Marqués sutanito, los sires y lores, etc., que eran recibidos con aplausos y alguna expresión más o menos positiva. Al presentar de una manera sobria a un señor vestido con elegancia, discreción y ninguna ostentación sólo dijo “Your honor…” y el nombre de la persona. Un murmullo de admiración y respeto respondió a la presentación y un silencio reverente acompañó su ingreso. El maestro Burgoa impresionado por el recibimiento tan respetuoso preguntó a su anfitrión ¿de quién se trata? -Es un juez- le res
Un mamarracho vestido de lo mismo

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