Estados Unidos ordenó el despliegue de diez aviones de combate F-35 en un aeródromo de Puerto Rico con el objetivo de intensificar las operaciones contra organizaciones designadas como narco-terroristas que operan en el sur del Caribe. La medida, confirmada por fuentes oficiales, refuerza la creciente presencia militar estadounidense en la región y eleva las tensiones con Venezuela.

El envío de los F-35 se suma a la presencia de siete buques de guerra y un submarino nuclear, junto a más de 4.500 marineros e infantes de marina de la 22ª Unidad Expedicionaria, que realizan entrenamientos anfibios y operaciones de vuelo en el sur de Puerto Rico. La acción responde a la estrategia del presidente Donald Trump de endurecer la lucha contra el narcotráfico y organizaciones que Washington vincula

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