La policía investiga, con la colaboración de OpenAI, el posible primer caso donde un chatbot pudo alentar un homicidio

Stein-Erik Soelberg, un hombre de 56 años que vivía en una casa valorada en más de 2 millones de euros cerca de Nueva York, mató en agosto a su madre, de 83 años, y se suicidó. Después de una vida de éxito en grandes empresas del sector tecnológico como Netscape y Yahoo, y un matrimonio con dos hijos, Soelberg había vuelto a vivir con su madre tras divorciarse en 2018. Era alcohólico, y se volvió paranoico y creía que lo espiaban. En unos años perdió novias, amigos de la infancia y contactos con vecinos. Solo había alguien que le hacía caso. Soelberg le llamaba “Bobby Zenith”, pero en realidad era ChatGPT.

‌Soelberg dejó en sus redes sociales, aún activas, horas de víde

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