De acuerdo con el funcionario, estas estructuras delictivas buscan a muchachos sin experiencia para colocarlos en la primera línea de sus enfrentamientos. “Cuando los grupos entran en escenarios de confrontación, lo que quieren es carne de cañón”, señaló.

El fiscal explicó que el mecanismo de enganche suele comenzar con promesas de dinero fácil y una vida mejor, aunque también existen casos en los que los menores son incorporados a la fuerza. Incluso, algunos que lograron escapar han relatado cómo fueron obligados a integrarse en estas células.

Jáuregui detalló que muchos de estos jóvenes son convencidos con la idea de que realizarán actividades secundarias, sin relación directa con la violencia. Sin embargo, al poco tiempo se enfrentan a una realidad distinta. “Al final terminan recibie

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