Tras el triunfo contundente de Colombia sobre Bolivia (3-0) y la clasificación directa a la Copa Mundial de la FIFA 2026, una imagen captada en el Estadio Metropolitano de Barranquilla se convirtió en símbolo y resonó por todo el país. James Rodríguez, autor del primer gol del partido y capitán del equipo, eligió permanecer en medio del campo cuando el estadio ya estaba vacío. Descalzo, sentado en el círculo central, abrazado a sus piernas y visiblemente pensativo, dejó a los presentes con una nostalgia palpable.
Las gradas desiertas y el silencio posterior a la celebración le brindaron un marco solemne para ese instante íntimo, que muchos interpretaron como una despedida simbólica del “cariño de Barranquilla” y, quizás, del ciclo de James con la Selección Colombia por Eliminatorias.
La