
Cuando paseas por las calles de León o miras su escudo, lo primero que piensas es en leones rugiendo, símbolos de fuerza y realeza. Sin embargo, el origen del nombre no tiene nada que ver con la fauna africana. La explicación nos transporta directamente a la época romana y a sus legiones .
De la legión a la ciudad
El nombre de León deriva del latín LEGIONEM , en referencia a la Legio VII Gemina , la “legión séptima gemela”, que se asentó en la zona tras la conquista romana. Corría el año 29 antes de Cristo y Octavio Augusto aún estaba inmerso en las Guerras Astur-Cántabras , combatiendo a los astures que se resistían ferozmente a la ocupación.
La Legio VI Victrix , establecida entre los ríos Bernesga y Torío, fue la primera en dejar una huella permanente. Su misión era pacificar la región y proteger las rutas comerciales. Más tarde, esta legión se convirtió en la madrina de la Legio VII Gemina Pia Felix , famosa por su larga estancia en León y por ser premiada con funciones de obras públicas durante el gobierno de Servio Sulpicio Galba. La presencia de estas tropas fue tan influyente que la ciudad adoptó su nombre, y con él, la provincia que siglos después se llamaría Castilla y León.
Un nombre que desafía la lógica
Aunque el escudo y la iconografía local parecen hablar de un león real, la etimología es puramente militar . La ciudad fue conocida durante siglos como Legio, y su legado romano se refleja en documentos como la Notitia Dignitatum del año 409, donde todavía se menciona la presencia de la Legio VII Gemina .
Hoy, León no solo identifica a la capital provincial, sino a toda una región que forma parte de Castilla y León. Esta división administrativa se consolidó en 1833, cuando Javier de Burgos implementó la organización provincial que conocemos actualmente.
Conocer el verdadero origen del nombre de León permite comprender cómo la historia romana sigue viva en la toponimia española, y cómo un legado militar hace siglos atrás puede confundirse con la majestuosidad de un animal que jamás pisó estas tierras.