La Esperanza inunda todo lo que rodea a este 2025. El leit motiv elegido por el difunto Papa Francisco no pudo ser acertado, y su legado más reciente no puede estar más vivo. Esperanza de todos los colores y en todos los rincones, que en el caso de Cádiz nos ha llevado a un verano, especialmente en el mes de agosto, tan intenso como gratificantes. Por muchos motivos.
El agosto de la Esperanza lo iniciamos con ese besamanos extraordinario en el que las cofradías volvieron a demostrar la buena salud de mayordomías y priostías. Vimos montajes llamativos, estampas y anécdotas extraordinarias; y, sobre todo, vimos mucha gente en las iglesias. Muchísima.
Luego llegarían las peregrinaciones, que han tenido hasta anoche en el Nazareno a su máxima expresión. La visita del Señor de Cádiz a templos