El gobierno de Estados Unidos refuerza su capacidad de monitoreo e interdicción del tráfico de estupefacientes en el Caribe Sur con una flota que también vigila las costas colombianas sin que aún el deslenguado Petro chille que vaya a invadir a su país. Su gobierno más bien asegura que no está planteada ninguna invasión.

Pero el régimen de Caracas – nervioso y con la conciencia negra – arma una descomunal alharaca – secundada por tontos útiles – sobre una invasión norteamericana, confundiendo de paso la presencia de un submarino de propulsión nuclear con la introducción de armas nucleares en la región – en una histérica invocación del Tratado de Tlatelolco.

Como si para desalojar una miserable banda de okupas en guaridas donde nadie arriesga la vida por defenderlos fuese necesario el pod

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