
Ben ha sobrevivido casi de casualidad. A este perro de tres años le diagnosticaron leishmaniosis , una enfermedad parasitaria grave que se produce por la picadura de un insecto, pero que tiene tratamiento y una esperanza de vida alta en la mayoría de los casos tratados por los veterinarios.
En el caso de este macho, la afectación era visible : tenía lesiones aparentes en la piel, estaba muy delgado y sangraba por la nariz… Ese contratiempo llevó a sus dueños a tomar una decisión tajante, aplicarle la eutanasia y desprenderse de forma definitiva del peludo.
“Sus propietarios, al enterarse de que tenía leishmaniosis, le negaron la oportunidad de vivir a Ben por malas experiencias con otros animales”, cuentan desde el Refugio de animales Animal Protectora Murcia, que dedica una publicación en redes sociales a contar su historia.
Sin embargo, “por suerte” un conocido les informó de su caso. Desde entonces, ellos se encargan de su protección y le han ayudado a superar lo más grave de la enfermedad. Ahora, es un perro normal y que espera impaciente a que aparezca una familia que le llene de cariño y cuidados.
Según explican sus cuidadores, el peludo “ya ha terminado una de las partes del tratamiento y ahora sólo está con un tratamiento oral que tendrá que mantener mínimo dos años”: “Tiene la piel mucho mejor, pero aún le falta para recuperarse porque sigue muy delgado”.
Desde el refugio aseguran que Ben es un perro con muy buen carácter . Aún está adaptándose a llevar correa, aunque ya está haciendo grandes progresos. Pese a su historia, explican que es un can sociable con otros perros, aunque más con los grandes que con los pequeños. Con gatos aún no ha sido testado.
Adopción o casa temporal de acogida
Sus cuidadores no pierden la esperanza de que alguien se interese por él y decida darle una oportunidad. Actualmente, explican, está en una residencia, pero su estancia allí supone un gasto mensual inasumible, así que piden voluntarios para una casa de acogida temporal o una adopción definitiva en el mejor de los casos.
En cualquier caso, hacen un llamamiento a los interesados para que se pongan en contacto con el refugio y buscar la fórmula con la que pueden ayudar. Solo tienen que escribirles a través de su número de teléfono o mandar un mensaje privado por redes sociales.