La Corte Suprema de Estados Unidos otorgó al presidente Donald Trump una victoria clave en su ofensiva contra la inmigración irregular al permitir la reanudación de redadas masivas en el sur de California. La mayoría conservadora del tribunal congeló la orden de un juez federal que prohibía detener personas con base en criterios como apariencia étnica, idioma o lugar de trabajo.
Con ello, los agentes federales podrán operar nuevamente bajo parámetros cuestionados como discriminatorios.
La resolución responde a una solicitud de emergencia del Departamento de Justicia, que alegó que la restricción previa era una “camisa de fuerza” para aplicar la ley migratoria. El procurador general D. John Sauer defendió que impedir a los agentes actuar bajo “perfiles razonablemente amplios” debilitaba l