El resultado de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires produjo un fuerte reacomodamiento en el mundo político. Javier Milei sufrió una derrota contundente, mientras que Axel Kicillof emergió fortalecido y se proyecta con mayor densidad en la política nacional.
Además de la lógica de ganadores y perdedores que suele trazarse entre los principales dirigentes políticos, el impacto de este resultado electoral inesperado alcanza a actores menos visibles en la evaluación habitual: además de Milei, también perdieron el poder económico y el Fondo Monetario Internacional. Ambos apostaron abiertamente por Milei, aunque el denominado círculo rojo, en los últimos meses, empezó a soltar la mano, no para abandonarlo, sino para condicionar su segunda etapa de gobierno.
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