La palabra que conjugó con más eficacia – como casta en su momento – política y economía en la formación del voto el pasado 7, fue crueldad. La gran novedad del léxico político que el Presidente adoptó con deleite. Crueldad potenció la cadena gastada - ajuste, hambre, deuda, desempleo - y la cargó de sentido: frenar a Milei.
Esa noche, los celebrantes vocearon: “Axel conducción”. Lógico, ¿no? A buen entendedor… Pero quedan detalles pendientes para unir siquiera con malas costuras la nueva piel peronista. Como las elecciones de octubre. Cuidado, la vida te da sorpresas...
Pero supongamos un escenario de corto plazo: el Gobierno logra impedir que se descalabre la macroeconomía, que está haciendo equilibrio en la cuerda floja de la política. El peronismo no se exalta demasiado ni cae en pro